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domingo, 17 de febrero de 2013

Historia # 3

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Como ese día que pasaba en la televisión una película de espías, no recuerdo si era interesante, pero la película era el pretexto perfecto para ocultarnos del silencio, por fin después de 200 años te había secuestrado, arriesgue mi vida para estar contigo, cada vez que escuchaba una canción, recordaba que estaba muy por debajo de lo que conocemos como un buen partido.

La India no perdona estas cosas, pero no me importa, me enamoraron tus ojos negros, gigantes y tu color de piel tan deliciosa, me arriesgue y pese a las heridas obtenidas en la batalla, mi recompensa es tenerte en este cuarto de hotel, fino y lujoso, tan lujurioso como discreto, aquí, nadie nos buscara.

Tu padre me lastimo con su arma, no tuvo piedad y buscaba tener mi vida en sus manos para maldecirla y pisotearía, pero fui más rápido y fuerte y una herida no me iba a detener. Por fin estamos solos, en este lujoso hotel, las peleas de los espías ocultarán nuestros ruidos y dentro de este sentimiento de culpa, me siento confiado de no sentir reflejo de defensa por tu parte, incluso sentí cooperación.

Se que me amas, pero nunca hiciste nada, tu ideal era una historia como Romeo y Julieta, el mayor inconveniente es que esa historia es trágica, no se sí es lo que buscabas, pero estuve cerca y aquí con la herida abierta que me ha pintado me rojo, pienso consumar este secuestro, tu padre me aceptara, ya no tendrá opción, no nos volverá a ver hasta que le presentemos a nuestro primogénito, momento difícil pero así son las reglas en India.

Incluso el dolor de mi herida se me olvida cuando me guías a la regadera, me tranquilizo al ver como el agua se pinta de rojo y siento dolor, que desaparece al sentir tu piel, no tuvimos una bella boda indu, como era tu sueño, pero estamos viviendo una historia tan emocionante como la de los espías que ocultan nuestros ruidos con sus peleas.

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