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lunes, 26 de diciembre de 2011

Ensalada de Navidad

Esta es una historia real, por alguna razón no la olvide, ojalá aprendan algo de estas letras como yo aprendí de lo vivido.

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Ya por fin paso la Navidad, ya se acabo el martirio de esta época, obviamente tiene sus cosas buenas, como la comida y precisamente de eso voy a hablar aquí.

No es raro que la ropa que nos regalan en esta época no nos quede después de estas fechas y que estemos recuperando la forma ideal en noviembre, justo cuando inicia otra vez la maratón de la comida.

De los muchos manjares que se comen en Navidad, Les voy a hablar de uno en especial, muy rico y delicioso y uno de los pocos platillos dulces de esta temporada.

¡¡¡¡¡¡ENSALADA DE NAVIDAD!!!!!!

esa deliciosa ensalada hecha con betabel y miles de frutas mas con mucha azúcar y cacahuates, mmm!!!  Deliciosa.

He de decir que puedo comer un aproximado de dos kilos de esta ensalada durante la Navidad, cosas buenas ha de traer esta temporada (saben que no soy grinch, pero no soy un fiel seguidor de la Navidad).


Cada año que como esta ensalada, la como con un sentimiento especial, con una especie de cariño perdido o flotante , mejor dicho por lo que cada vez que pruebo este platillo viene a mi esta historia, no los haré esperar y se las contare.

Recuerdo la primaria, en su ultima etapa, recuerdo perfectamente la escuela por que fue donde mas tiempo dure, tal vez para recordar siempre esto que les escribo, mi escuela no era diferente a otra, miles de niños divididos por grados y por salones.

Mi salón era mas normal y mas corriente que la mayoría, latosos, aplicadas, bonitas, feos, golpeadores, etc. Pero recuerdo a un niño en especial,  muy inteligente, aplicado, trabajador y muy alegre, recuerdo que siempre nos hacia reír con alguna ocurrencia, a todos nos caía bien, pero era diferente, en esa época no sabíamos lo que eso significaba, pero nos dábamos cuenta de que la maestra a pesar de ser una bruja con nosotros, era diferente con el, lo trataba con mucho cuidado y muy cariñosa.

Se tenia que alejar de todo, el no salía al recreo a jugar con nosotros, no pateaba una pelota, no corría persiguiendo a los de primero, no participaba cuando empujábamos a compañeros al baño de las niñas, nos miraba con nostalgia cuando entrábamos al salón sudorosos con tierra e incluso raspados.

Siempre he dicho que mi generación fue la ultima inocente, no sabíamos que pasaba, lo notábamos pero teníamos cosas de niños en nuestras cabezas de niño, por lo que nunca dijimos o hicimos nada, pues no lo comprendíamos.

Cuando llegaba la hora de comer, el nos miraba diferente, difícilmente buscaba nuestros ojos, la maestra lo alejaba y observaba con detalle y deseo como comíamos nuestro lunch, incluso una simple torta de jamón, era anhelada por su mirada, pero teníamos prohibido compartir con el. 

En ese momento recuerdo que siempre llegaba su mama y le daba su comida, su lunch, que siempre era lo mismo; Betabel hervido sin azúcar, el nos decía que era para que le doliera menos, pero ¿menos que? Jamas nos dijo, pero el sabia que era por su propio bien, por esa razón anhelaba tanto comer lo que nosotros comíamos, aunque fuera lo mas común y corriente que trajéramos.

Un día simplemente dejo de ir, tiempo después su mama fue a recoger sus cosas y llorosa platico con la maestra, nunca mas volvimos a ver a nuestro amigo, nadie dijo nada, pero creo que en el fondo sabíamos que había pasado. 

Por esa razón cada vez que como ensalada de Navidad, recuerdo a mi amigo, pálido y sin cabello pero sonriente y con sus ganas intensas de vivir al 100 cada día.

 

1 comentario:

  1. no manches entre tu entrada nostálgica, el sentimiento de las navidades pasadas y el vídeo de la generación de los 5 mil pesos,acabaron por completo con mi sentimiento de no llorar, y que quede claro que te lo digo con lagrimas en los ojos.

    por cierto de gusto mucho y mi generación también fue inocente y eso que soy MUCHÍSIMO MAS JOVEN QUE TU

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