Powered By Blogger

jueves, 14 de marzo de 2013

Historia # 24

***
*
***********
*
*****
*
*****
*
***********
Hoy tuve el sueño más hermoso, bello, inigualable, tan real que siento que mi alma se separó de mi cuerpo, pero conforme pasa el tiempo lo voy olvidando, por eso he venido con usted doctora, la más famosa psiquiatra de mi país, vengo con la intención que me ayude a recordarlo por medio de la hipnosis.

Estoy listo, el sillón es muy cómodo y comienzo a dudar pues ese reloj que agita frente a mis ojos es un cliché muy usado.

Mmm

Recuerdo que estaba platicando al lado de un río, no muy profundo pero era muy ancho, de un color de agua muy especial, un color azul turquesa muy intenso, el color se lo daba la arena blanca que se mezclaba con el agua, la temperatura era ideal, fresca, agua fresca y muy pura, levantaba la mirada y a la orilla del río toda clase de árboles frutales, majestuosos, muy verdes pero a la vez resaltaban el color de sus frutos, un aroma en el aire indicaba que ya estaban sus frutos listos para comer. Del otro lado del río donde estaba había una pequeña choza, ahí vivía una señora de belleza natural, de sonrisa dulce que me enseñaba un juego en ese río. Frent a su casa el río no era nada profundo, al entrar el guía me llegaba a medio chamorro, ella se hinco y me pidió que pusiera mucha atención, comenzó a agitar el agua y al estar poco profundo el nivel del río, se cambiaba su curso, lo que hacia muy divertido el oleaje, comencé a jugar yo entonces y fue lo más divertido que he vivido, el agua se comportaba de una forma maravillosa, el reflejo del sol hacia que brillara más hermoso aún y me divertía cambiando el curso del río en esa zona.

Después de un rato de reírnos con las pequeñas olas, llego el hijo de la señora, muy parecido a ella y me explico un nuevo juego, al caminar dos pasos hacia dentro del río y mover las manos en círculos, se hacía una nueva corriente, al hacer eso, los peces cambiaban su curso y nadaban hasta la orilla, cuando llegaban a la orilla del río salían y nos miraban, eran unos peces diferentes a los que conocemos, eran blancos y podían apoyarse en sus aletas para sonreirnos, la señora nos dijo que era a,iba les y que podíamos acariciarlos, al hacerlo ellos sonrieian, pero no podíamos tenerlos ahí mucho tiempo pues se encariñaban y ya no seguían su viaje, pero era muy divertido jugar con ellos. El Niño me dijo que moviera los brazos al revés y al hacerlo las olas formaba un hermoso círculo de agua, las olas llegan a la orilla y pasaba en círculo y saliendo de ese círculo seguían su curso, cuando puse atención vis que un pajarillo bajaba a bañarse, era una hermosa ave roja pero un rojo intenso que se aclaraba al llegar a su panza, con ojos negros grandes, pico pequeño y redondeado y de un cantar muy singular, El Niño me pidió que lo tomara con mi mano que estaba agradecido por el oleaje que había creado, tome al ave y sólo cantó, con un poco de agua sacudí su cabeza y siguió cantando, con una mirada me pidió que lo soltara y así lo hice, lo seguido con la vista pues sus alas eran majestuosas al volar. Seguíamos riendo pies el momento era muy relajante y al regresar mi mirada al círculo de agua observado como aquella ave había llevado a bañar a toda su familia, Silvio mirándome y giro su cabeza haciasu familia, entendí que me pedía bañarlos, sin dudarlo tome a los pequeños que eran aves diminutas que cabian en una de mis uñas, eran aves de colores fuertes, azul, amarillo, morado, verde, pero se notaban plumas de bebe, los pajaritos eran algunos redondos y otros triangulares, con pequeños picos y ojos casi cerrados, pues no estaban a gusto con el agua, los tome a todos en mi mano y los bañe, eran al rededor de 10, reímos mucho y mi esposa no dejaba de llorar con su mirada de ternura, la señora que estaba con nosotros estaba enamorada de esas pequeñas aves que termine dejando en la orilla.

Era un momento muy especial, la naturaleza me había conquistado y estaba pensado en ya no regresar a mi ciudad cuando el hijo de la señora mi pidió que moviera una piedra sobre la orilla del río, al hacerlo subió a mi mano una pequeño camaleón, no lo había visto pues ocultaba muy bien su color, El Niño me dijo que si volvía a acercar mi mano sus hijos subirían y así fue varios pequeños camaleones subieron a mi mano, yo no los veía a todos pies se ocultaban, pero los sentía. En ese instante regresaron las pequeñas aves y ese fue el mejor momento, al volar losan arillos a mi mano, los camaleones que también que ataban ahí comenzaron a adoptar su color, mi mano estaba llena de aves de los más hermosos colores y a su vez mi mano parecía un air oídos pues los pequeños camaleones copiaban el color de cada uno y de repente mi mano tenía de todos los colores al principio un gran camaleón de dos colores verde y rojo y después todos los pajarillos a y los camaleones de colores, con el resplandor del sol era un espectáculo, mi esposa veía asombrada y feliz, la señora reía pies era perfecto y el niño emocionado contaba a los camaleones, por un momento mi mano completamente era de colores únicos y mezclados.

ese fue el fin de mi sueño, pues me despertaron, regrese a mi gris realidad, pero la naturaleza que vi ese día me conmovió y me alegro por dentro justo en el momento que más tengo estaba, ojalá algún día encuentre ese lugar y jamás saldré de ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario