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Detrás de esa sonrisa tan deliciosa, de pesos grandes y expresión de ternura, se esconde una persona de negros pensamientos, obscuros deseos y malas vibraciones.
Detrás de esos bellos senos guarda una roca fría con forma de corazón, sin remedio, sin pulir.
Nadie conoce la razón, sólo lloran cuando se dan cuenta de que son víctimas y que han soportado el hielo de su presencia, congela su mente y entume su cuerpo.
Por eso esa mujer se aleja, mueve sus caderas al tratar de escapar y con la lujuria que provoca siempre tiene un nuevo corazón para destrozar.
Nunca siente remordimiento pues no hay víscera para eso, que destruya corazones es su entretenimiento aunque en el fondo lo evite, es así su destino.
Que les joda la vida dicen los que advierten, pero en secreto sufren las secuelas de aquellos besos, de aquellas caricias y de aquellas fantasías.
Ni en esta vida sanara esa piedra que ofrece como corazón, pues engaña a los pobres con un guiño, los embauca con cariño y deja que sus manos sean libres, por que así permanecen dormidos.
Ojalá un día ya no salga el sol y sólo en penumbras se perderá su misión, pues lo que ella ofrece es físico a cambio de un corazón, esa será su pena por toda la eternidad, al final se cansara del sexo y de lo vacío de lo material y sólo una lágrima podrá soltar.
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