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sábado, 1 de diciembre de 2012

Yo no fui!!!!

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- señora, yo solo le voy a decir tres simples palabras... Yo no fui, le digo estas palabras con la firme intensión de que me crea que mi historia ha influido en mi decisión de decirle un: yo no he "sido" y tiene que tomar en cuenta mi valor de mirarla frente a frente a pesar de mi situación, quiero que este segura que yo solo soy un tierno cordero y comenzare diciendo esto:

De qué sirve que le hablé de mis padres si nunca me conocieron, no se dieron el tiempo de conocerme en 16 años de mi vida, yo al contrario los conocía perfectamente, siempre salían en el canal de los juicios, creo sinceramente que rompieron algún récord en ese programa, mis hermanos? No tuve, gracias a dios, aunque siempre quise una hermana, alguien a quien ayudar a subir al árbol a bajar una manzana, tal vez por esa razón me hice tan serio y callado y si no, mínimo pensativo.

Mi primer noche en la cárcel, fue familiar, culpo a mis padres aunque sólo quise tener un gesto amable con ellos, pedí en la tienda unos cigarros, dos cajetillas, me sorprendió que el tendero me las diera, ya que evidentemente a mis 15 años me veía de 12, ¡maldita sea la herencia! Tome las cajetillas y salí caminando sin ningún problema, llegue a la comisaría y pedí ver a mis padres, los cigarros en una noche de diciembre entre paredes húmedas y barrotes grises, son lo más parecido al pavo de Navidad. Cuando mis padres tomaron sus cigarros, el guardia me tomo de los hombros y me pregunto mi edad, sin pensarlo dije 18, se que no me creyó pero aún así me encerraron en una pequeña celda al lado de mi padre y frente a mi madre, entre barrotes vi al tendero, así que deje de preocuparme, por que sabía la causa, supongo que me siguió, recuerdan que les dije que el tabaco es el pavo navideño de la cárcel? Pues mi padre me compartió mi primer cigarrillo, horrible, seco, caliente, pero delicioso, fue la noche más larga de mi vida, pero la única noche que compartí con mis padres como una auténtica familia.

Sólo dios sabrá como llegue a la escuela, la universidad era perfecta para mi, podía poner en práctica todo lo que aprendí viendo de mis padres, los cuales ya tenía 3 años sin ver pero diario recordaba cuando apostaba en la biblioteca o cuando los juegos de azar me daban de comer, era una universidad de clase alta, por lo que nunca me falto dinero, sólo necesitaba un paquete de cartas y mi máscara de tahúr para amablemente quedarme con el dinero de mis compañeros. Llegue siendo un simple becado, pero con le paso de tres meses ya era un popular miembro distinguido de la parte obscura de la universidad, ósea... Estaba en todas las fiestas, la verdad es que no me divertía pero era mejor que estar en mi cuarto solo, aprendí a obtener todo de los demás, por lo que hasta ese momento de mi vida era 1000 % infeliz, aunque mi sonrisa era permanente.

Cuando conocí el amor todo cambio, pensé en rectificar mi vida, en tomar el camino del bien diario en un trabajo, pensé en devolver todo lo que tenía, por unos hermosos ojos verdes, un cabello Rubio rizado, unos labios pequeños, rosas y delicados, unas manos suaves y claramente finas, su deliciosa cintura y unos hermosos senos firmes. Estaba decidido a dejar mis trucos, al principio solo pensé en quitarle todo su dinero, después sólo pensé en sexo y al final solo pensaba en ella, vivíamos felices, éramos el uno para el otro, como aquellas piezas de rompecabezas que no coinciden en el dibujo, pero en la forma embonan a la perfección. Comenzamos a vivir juntos y mi avaricia término esa relación, misteriosamente encontré la manera de hacerme rico con el mínimo esfuerzo, por lo que engañado por la falsa ilusión de una vida perfecta, deje a mi alma gemela por una montaña de billetes.

Desde ese día mi vida fue la de un ladrón, un simple ladrón con el corazón auto flagelado, con los años ya evidentes al reír, pero aún con la habilidad de vivir de los demás, con la lengua tan comprensiva que nadie le niega su confianza, con lujos, con dinero, con mujeres, con un vacío enorme.

Así qué por esa simple razón en estos momentos usted me apunta con un arma en la sala de su casa y aquí, exactamente aquí, debajo de mis pies, esta el último recuerdo de mis padres, por esa razón vine, no creí hacerle mal a nadie si me sentaba en este pedazo de piso a recordar la única vez que mi madre me acariciaba el cabello mientras veía cantar a su cantante favorito, al sentirme solo esta fue la única manera de recordar que sigo solo, señora!!

Junte el valor de ir a buscar a esa mujer, sólo necesitaba una arma apuntando en mi frente y estoy dispuesto a recomponer mi vida por escucharla hablar de nuevo, por despertar y sentirla en mis brazos, por abrir los ojos cada día al amanecer y verla tan al natural como aún la recuerdo, déjeme ir señora quiero regresar al amor, quiero volverla a ver y le juró por mi vida que no se dónde esta su dinero, su dinero que guardaba en aquella cajita de madera que nunca vi.

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